lunes, 6 de junio de 2011

HISTORIA DE UN MOSCO AL QUE BUSQUÉ EN UN CENOTE

HISTORIA DE UN MOSCO AL QUE BUSQUÉ EN UN CENOTE

Por Flor Andrea Salazar Lara

El que andaba buscando se me perdió, la maleza de un lugar es incurablemente adecuada, no por mala, sino por perfecta. Decía que lo andaba buscando, quizás para ponerlo frente a la cámara y lograr que hiciera sus gracias, pero se fue volando, es probable que estuviera ocupado buscando alimentarse, lo dejé posarse sobre una de mis pantorrillas, ahí fue cuando lo vi, después simplemente se largó, como sucedía también con las hojas caídas de los árboles. No me había percatado del gran círculo azul, bueno, la verdad es que sabía que me encontraría con el círculo azul, pero quise reservarme ese placer hasta que mis ojos inevitablemente lo encontraran.

Círculo azul, pensé en la geometría, primero la de los ojos redondos que miran, luego la del cenote que es mirado. Era un extraño caso de juntura, se junta lo café de los ojos, con lo café de la tierra, se junta la piel con la piedra que reviste al cenote.

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