sábado, 18 de septiembre de 2010

“PERMISO PARA DECIR”

PERMISO PARA DECIR
POR FLOR ANDREA SALAZAR LARA

En lo más alto de las sábanas ella pide permiso para decir algo, él niega el permiso y vuelven a dormir profundamente, al día siguiente por la mañana, se dicen buenos días.

"INVITACIÓN"

INVITACIÓN
POR FLOR ANDREA SALAZAR LARA

Después de una larga lista para enumerarlas, y un gran tiempo de afinar detalles para la ocasión, todo quedó listo, no faltaba nada, sólo era cuestión de esperar, pues ¡vaya que sería un evento extraordinario!

La anfitriona se vistió de gala, su mejor vestido, sus mejores joyas, su mejor perfume, sus mejores zapatillas, sus mejores atavíos eran parte de todo éste evento.

Se mandaron hacer decenas de bocadillos, se mandaron poner las mejores cortinas y mesas para el salón, las mejores sillas, las más lujosas copas de cristal donde se bebería el mejor de los vinos, incluso se mandó cultivar las mejores flores que perfumaran el lugar entero.

Una hora antes se pusieron los percheros para que los invitados pudieran colgar abrigos, gabardinas y sombreros, mismos que también serían de lo mejor.

Cuando comenzaron a llegar los invitados fue como un desfile de las mejores telas, el calzado era impecable, las personalidades lucían sus galas con gran majestuosidad.

Y aunque todos asistían con gran entusiasmo al evento, nadie sabía qué se festejaba.

"CARNETUNAS CONTRA KIGAGATROS"

CARNETUNAS CONTRA KIGAGATROS
POR FLOR ANDREA SALAZAR LARA

El día esperado llegó, era la Gran Batalla de Especies, había sido organizada por los líderes de cada especie, según ellos porque no podían seguir viviendo en la misma aldea, siendo tan diferentes entre sí.

Cada miembro de las dos especies ya tenía su posición y misión bien estudiada, todo listo para el inicio de la batalla, unos lanzarían las piedras, otros resguardarían el territorio mientras que otros atacarían con lanzas, según las habilidades de cada uno.

El día de la Gran Batalla de Especies fue acordado para el primer domingo de Abril, ese día todos estaban disponibles y si una u otra especie era la vencedora iniciarían la semana con la victoria y con el territorio ganado.

Las Carnetunas son una especie muy fuerte, corren rápido, y tienen la ventaja de tener un poderoso vuelo, su mirada es muy pasiva pero siempre vigilante y cautelosa. En las épocas de invierno se les ve hermosas, pues es cuando hembras y machos se buscan para aparearse, entonces compiten entre ellas para ser la mejor Carnetuna. Una Carnetuna llega a vivir hasta seiscientos años, y regularmente las hembras llegan a tener tres crías en toda su vida. Como especie son muy unidas, y cuando una se encuentra en problemas, las Carnetunas emiten un sonido sumamente agudo, y al parecer éste sonido es una gran arma para combatir a los Kigagatros.

Los Kigagatros, por su parte son una especie muy hostil, difícilmente se les puede ver, pues tienen una vida plenamente nocturna, sin embargo su fortaleza es el tamaño y el poder de su pico que llega a medir hasta dos metros, los Kigagatros se aparean cada tres años, y las hembras llegan a tener hasta ocho crías. En la parte trasera tienen un tipo aguijón con el que inyectan veneno a sus enemigos y presas, así mismo tienen cuatro patas, las frontales más pequeñas que las traseras, y dichas patas las utilizan como bastones para caminar o saltar.

La Gran Batalla de Especies se llevó a cabo con sumo orden, y completo silencio, cada especie hacía lo suyo, poco a poco fueron acabándose entre sí, hasta que a mediados de la batalla se dieron cuenta que mientras una Carnetuna mataba a un Kigagatro, éste hacía lo mismo, y por lo tanto no quedaría ninguna de las dos especies vivas, así que decidieron ponerle fin a la riña y mejor organizar el Gran Festín de Especies.

"PULNEJA"

PULNEJA
POR FLOR ANDREA SALAZAR LARA

Cómo estarse quieta sin poder decidir si acompañarlos o no, de cualquier manera no tenía nada urgente que hacer, acompañarlos solo significaría perder una tarde más y quizás con suerte regresar con algo nuevo a casa, siempre sucedía así. Pero el tedio de ir, de caminar varias calles, andar entre la gente que es más alta que ella le provocaba una sensación de fastidio casi insoportable.

Después de pensarlo varias y repetidas veces decidió acompañarlos, cogió una manzana para ir comiendo y salió muy tranquila de casa, sin dudar en la puerta de la decisión de acompañarlos. Bajando las escaleras metió la mano en el bolsillo izquierdo del pantalón, se podían sentir algunas monedas, quizás seis o siete, suficientes para comprar algún dulce, o cualquier chuchería. En el bolsillo derecho, una maraña de hilo con un poco de pelusas sobrevivientes a la lavadora, nada grave.

Subió al auto, y el camino se hizo leve y corto porque recargó su cabeza sobre el respaldo del auto y cerró los ojos sin dormirse, hasta que llegaron.

Ya ahí, era de esperarse, mucha gente, pero trató de no fastidiarse, mejor comenzó a caminar con pasos lentos como lo hacía la demás gente.

Había mucho que ver, poco a poco se distraía en esto y aquello. Cuando se viene a estos lugares, el tiempo se pasa volando, pensaba ella, habían pasado noventa y tres minutos desde que habían llegado al lugar.

Varios pasillos avanzados, pero caminar aun no se volvía un martirio, las casitas de colores, como ella les llamaba, mostraban muchas curiosidades, pero ninguna tan impactante como para durar más de cinco minutos en ella. Varias casitas adelante, mientras ellos compraban algunas cosas, ella se detuvo y miró detenidamente el letrero de una casita. Al principio creyó que estaba leyendo mal, después miró letra por letra, no se equivocaba, entonces decidió acercarse un poco más y vio que el letrero decía bien SE VENDEN PULNEJAS

No quería preguntar qué era una Pulneja, sólo estaba decidida a comprar una, costara lo que costara. Con suerte y era muy barata.

Se acercó a la vendedora y pidió que le dieran una Pulneja, la vendedora con una sonrisa amable levantó las enaguas de la silla y fue hacia la parte trasera de la casita, se veía que hacía algo, movía las manos. Regresó al frente de la casita con una caja no muy grande de cartón y se la entregó diciéndole que te sea de mucha utilidad. Ella solo asintió con la cabeza y preguntó cuánto es, la vendedora respondió que cinco pesos. Ella, con una gran sonrisa metió la mano en la bolsa izquierda del pantalón, donde recordaba tenía seis o siete monedas, las sacó y contó hasta cinco, dijo gracias y dio la vuelta.

Teniendo la caja en sus manos sintió que algo dentro se movía, entonces supo que su Pulneja era algo que tenía vida.

"LAS COSAS DE LA GENTE"

LAS COSAS DE LA GENTE
POR FLOR ANDREA SALAZAR LARA

Libro de mesa con cuchara en vaso y calceta por alcancía con perfume de ropero sin collar en lápiz y pan de pinza y caña de calzón para listón de papel en carro de juguete de madera y metal con computadora de tapa al bisturí. La palanca del retrete tiene jabón de galleta en sartén de escalón a la cocina de cántaro y chaqueta en su sostén de cable con disco de caja para bufanda de varilla con cartón y cartel por maleta. El bastón y la toalla en cama usan condón por ventana con bocina de mosaico y alberca que la carpeta con estola y el anillo para bandera con muñeca de campana tiene aguja en la revista del edificio con buzón de dulce para la puerta de jarra con cuadro de botella con chicle de alacena de barco y palo de bombilla en aceite sin colchón ni zapatos de mochila que el dinero y la moneda en la llanta pica la pelota con cinta de gel en la torre del camino.