“MONO”
POR FLOR ANDREA SALAZAR LARA
-¡Ya cállate! No es más que otro de tus pensamientos ácidos y crudos del día de hoy, que si llueve, que si duermes, que si sueñas. Hoy no has hecho más que quejarte, tus ojos solo...solo blasfeman realidad. ¡Ya cállate!
-Para de evadirme, yo también quiero escuchar, y observar a tu alrededor, quizás encontremos algo con lo que te puedas distraer, una manzana, no hay manzanas en el frutero, pero hay uvas, el día de hoy has comido infinidad de uvas, siguen cayendo gotas de allá afuera, y no hacemos más que quedarte callada, ya sé que yo te lo pedí pero qué demonios harías si yo no te hablara, ¿hablarías con tu madre?, quizás no porque tendríamos que explicarle muchísimas cosas, no lo sé, ¿de qué te quejas?
La semana pasada lloraste por el mundo, fue repugnante porque yo estaba ahí, de repente soltamos el llanto mientras el olor a comida casera atacaba tus narices, y fue repugnante también porque quise detenerte y no pude, ¿por qué diablos lo sigues haciendo? Y esa nostalgia patética que sientes al ver a tu familia, ¡maldita sea! y tu rotunda negación a la sociedad, a la sociedad que pretendes ayudar y que por si fuera poco te parecen criaturas descarriadas y patéticas, me das asco...
-¡Ya cállate!
-Comienza a irritarme tu silencio, dime algo...
Otra vez nuestro maldito miedo a contestar el teléfono, el irremediable miedo por salir a la calle, por lo menos desfrutamos el agua en tu cabello desordenado, tus gafas se mojan y no haces nada, tu sexo blasfema y reclama placer, tus manos solo se mueven de aquí para allá, dime algo maldita sea, deja de escuchar esa música, te distrae y no me haces caso, nuestra memoria se pierde en escenas que no puedo alcanzar, nunca me has llevado a ellas, supongo que también tienes miedo de mi...
¿Qué? ¿No es miedo? ¿Entonces qué es?
La risa ante esa sociedad que tanto te repugna, esa que te quita los sueños, y asalta tus planes, ¡dime algo carajo!
¿Qué haremos? Nos levantaremos de la silla, beberás agua y harás como si nunca te dije nada, ya sé que me escuchas, dime algo, antes hablabas conmigo, antes me decías cosas, o por lo menos te burlabas conmigo mientras saludabas al vecino, o veías a las parejas en el pasto.
No dirás nada y por si fuera poco me manejarás a tu antojo, pues soy tu propio yo.
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