“AZUL”
POR FLOR ANDREA SALAZAR LARA
Todo parece estar hecho para el color azul ésta noche, que ni tan noche, la hora ha desaparecido, pero no el tiempo, es un espasmo, la luz descriptiva de los focos son despacios o de espacios. Las letras se me pierden de pronto, la escuela azul, Las sábanas que fornican árboles de abajo. La peculiaridad de las cuatro esquinas sostenidas con lazos húmedos. No veo, pero veo, alguien dice que escribe en verso, alguien con su nombre extraño con su nombre extraño.
La mitad de ésta casa está alumbrada, y todas las piernas sueltas en su concavidad nocturna. Querer encontrar todas las palabras posibles cuando las tuberías son mi compañía. No hay errores, es sólo que no hay tanta luz.
Ésta Señora, qué pasa con la extensión y el frasco para armar un texto, si es que de pronto escucho una risa y quiero escribirla, aunque la idea sea otra. El extraño con su nombre extraño permea mis dedos, sólo mis dedos, pero siempre una cosa lleva a otra.
Si pudiera contar cuántos árboles caben en mi boca,
Los gatos siempre tienen hambre cuando ya todos cedieron su porquería, alguien verá detrás de las ventanas de las casas de a lado. Y todo se regenera o se genera, pero yo dudo del género, sin embargo ahora pienso en los números porque nombrar al uno es más seguro que nombrar cualquier otra cosa. Así hasta llegar al parentesco que existe entre lo cuantificable y la cualidad. Tal parece que a nada voy, es sencillo, si doblas la esquina algo encuentras, si defines esto y aquello entonces el extraño con su nombre extraño. Sólo me calma comer aceitunas, pero no puedo porque no fueron hechas de color azul, y hoy todo lo que encuentro es azul. Es importante, de verdad que es importante. Los lazos húmedos son importantes también, no tanto como lo importante, adquieren categorías altas cuando uno se sienta aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario