“CUENTO DE LO NO REQUERIDO”

“CUENTO DE LO NO REQUERIDO”
POR FLOR ANDREA SALAZAR LARA

Siempre después del proceso nocturno viene una certeza: un gran vaso de leche con un buen pan, la cosa es simple, debe serlo, uno se complica con otras cosas, y después de todos los procesos estomacales son otro asunto que puede esperar. ¿El primer asunto? No, ese es secreto porque ni yo lo sé.
He acordado conmigo que dibujar ciertas cosas es peligroso, al final leerlas, o que alguien más las lea es menos probable, pero de la probabilidad se dice tanto, lo improbable también tiene su categoría, pero en fin, todo va depender del lector, de los lectores y su gana loca de querer leer. Sin embargo no deseo tanto escribir de eso hoy. A decir verdad no sé de qué deseo escribir. Si realmente escribir es un deseo, el cuento debería llamarse “Cuento para desear escribir” pero entonces el lector dejaría de importar, si es que un día importó, puedo sugerir entonces que el cuento sea “Cuento para desear leer” pero no quiero que así sea, escribo, debía justificar de algún modo éstas líneas. Freud diría que en el fondo si sé de qué quiero escribir, y es posible, como posible es el gran vaso de leche que he bebido, la idea primera para contar en líneas era que después de toda la jornada laboral que implica el desvelo, viene algo tan simple como el vaso de leche con pan, mismo que ha sido comprado horas antes. Los lugares calurosos ameritan poco aprecio, pero el calor amerita ser pensado a fondo, me he enterado hace algunos años que el calor no existe, y aquí viene otra vez la posibilidad y sus enredos. Pero para mí el calor tiene que ver con la temperatura, y ésta con el temperamento, como el temperamento de la charola de pan que ha sido comprado horas antes de que yo escogiera uno de la bolsa (probabilidad en proceso) y lo acompañara con el gran vaso de leche.